jueves, 30 de octubre de 2008

Dolor


Sangre por doquier,
un grito de dolor se eleva con el viento,
su ruido es ahogado por el sonido estrepitoso
de una ola chocando en la piedra.

Me quedo inmóvil,
sin pensar en nada
sólo siento el dolor creciendo en mi cuerpo,
me arrastro por la arena para alejarme del agua salada;
sin hacer caso omiso al dolor
vuelvo, grito.

Ya donde el agua no puede alcanzar
observo el puñal clavado en mi rodilla
no se que hacer;
mi agresor se fue con las olas.

Observo mi rodilla nuevamente
no pienso con claridad por la agonía que
me retumba el cuerpo.

Saco el puñal,
grave error,
la sangre empieza a brotar
como río turbulento en tiempo de tormenta.

Arranco un trozo de ropa,
lo oprimo a mi rodilla en intento de parar la hemorragia
Pasaron minutos, eternos
por fin se apaciguó.

Mi dolor siguió creciendo,
comencé a gritar más fuerte
tal vez en ese lugar desierto
alguien escuchase
este clamor incesante.

De repente una fuerza alzó mi cuerpo
me llevo lejos de allí
me colocó e el piso,
yací.

El dolor seguía creciendo,
como un milagro luego de pasar su mano
el dolor, disminuyó.

Di gracias,
la persona marchó.

Llegaron a rescatarme de mi lecho
personas
conocidas,
me movieron de ahí.

Di gracias,
dormí.

1 comentario:

Cesh! dijo...

quiero saber si eres tu la que escribe estos posts.. amor tienes lo necesario!